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domingo, 30 de junio de 2013

Para-militarismo Orteguista | La Represión en Nicaragua es una Realidad

Cada vez que la población sale a protestar contra el Gobierno, ya sea por razones sociales o políticas, se activa todo un sistema de represiónque incluye a la Policía, trabajadores delEstado y organizaciones del FSLN

Algo que notaron los jóvenes que estaban apoyando en su protesta a los adultos mayores, para alcanzar la pensión reducida, es que los supuestos miembros de la Juventud Sandinista que llegaron a intimidarlos andaban vestidos con pantalones parecidos a los que utilizan los policías y calzados con botas militares.

Leonor Martínez, joven agredida por turbas sandinistas y cuyo caso quedó
en la impunidad, ya que su agresor, conocido como “El Gato”, nunca fue
procesado en los tribunales.
Así lo denunciaron los agredidos ante el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh). Y no solamente eso, sino que las personas vestidas con camisetas de la Juventud Sandinista utilizaron llaves que comúnmente usan los policías para reducir a los delincuentes.

Inclusive, algunos de los denunciantes aseguraron al Cenidh que, en ocasiones anteriores, han participado en protestas y llevados por la Policía a la Dirección de Auxilio Judicial, en El Chipote, donde fueron interrogados por personajes que en esta ocasión andaban entre los agresores.

“Algunos de los jóvenes agredidos aseguran que vieron a un policía al que conocen solamente como Juan “Pelón”, y a otro que no le conocen el nombre, pero que tiene rasgos de afroamericano”, explicó el director ejecutivo del Cenidh, Mauro Ampié.

“No son nuevas las señales de que la Policía está siendo utilizada por el Gobierno para reprimir las protestas sociales y políticas debido a los fraudes electorales y las actuaciones dictatoriales del presidente Daniel Ortega, pues empezaron desde el año 2008, cuando se produjo el fraude electoral en las elecciones municipales de ese año”, indicó

Sin embargo, a juicio de Ampié, la actuación de la Policía ha pasado de pasiva a activa, pues ahora no solo son complacientes con las turbas del Gobierno, sino que además ahora también participan de las represiones a los manifestantes. En la última protesta social, la de los “viejitos”, hasta incurrieron en una actuación criminal al no permitir que se les suministrara alimentos a los adultos mayores que protestaban alrededor del INSS, ejemplificó Ampié.

Para los activistas de Derechos Humanos, así como para el especialista en temas de seguridad, Roberto Orozco, la situación se agrava porque no solo la Policía es utilizada con fines represivos por parte del Gobierno, sino otras instituciones del Estado, como la Alcaldía de Managua, cuyos camiones se observan cuando transportan a las turbas. Y los trabajadores del Estado son utilizados para intimidar a quienes realizan demandas al Gobierno.

“Existe como una coordinación interinstitucional (Policía-Alcaldía-Gobierno central) para reprimir las protestas y eso es contrario a un estado democrático”, señaló Ampié.

“A los policías e instituciones del Estado se le suman organizaciones propias del sandinismo, como la Juventud Sandinista, sindicatos sandinistas como el FNT, ex EPS y otros que juntos forman un instrumento de represión que raya en el paramilitarismo”, indicó Orozco.

LA UTILIZACIÓN DE LA POLICÍA


En Nueva Guinea, en noviembre del año 2012, activistas del PLC protestaban en el parque central porque reclamaban el triunfo electoral para su candidato. Sus exigencias fueron ahogadas por un grupo de policías antimotines que, curiosamente, desaparecieron cuando al parque llegó una turba de sandinistas para agredir a los PLC.

Según Roberto Orozco, los antimotines nacieron en los años noventa como una necesidad de los gobiernos liberales ante las constantes asonadas de los estudiantes por el 6% y de los transportistas, dirigidos por los distintos órganos del FSLN, entre ellos UNEN, la FES y la cooperativa de buseros Parrales Vallejos.

En aquel momento, los antimotines y demás cuerpos policiales fueron utilizados para el resguardo de la estabilidad del Estado, dentro de lo que la Constitución establece, explica Orozco. “Pero, en la actualidad, los antimotines y otros cuerpos especiales de la Policía son usados en un sentido represivo”, agregó Orozco.

El periodista Mario Sánchez, a la derecha, cuando era agredido por turbas
sandinistas en los predios de la Catedral de Managua, durante una protesta
de la Coordinadora Civil.
En la protesta de los adultos mayores, el vocero de la Policía, comisionado mayor Fernando Borge, expuso ante los medios oficiales a seis policías que habían resultado heridos por las agresiones de quienes participaban en la protesta de los “viejitos”. Esta comparecencia de Borge le causó una sensación extraña a Orozco porque recordó que en los años noventa e inicios de los 2000 la Policía sí fue agredida por quienes hoy son los que reprimen las protestas.

De acuerdo con Orozco, hubo policías muertos y gravemente heridos durante las protestas que dirigía el sandinismo en esos momentos.

Para Uriel Pineda, director de Denuncias en el Cenidh, algo preocupante es que la Policía ya no solo se limita a permitir a las fuerzas oficialistas el agredir, sino que ahora también provocan a los manifestantes. En las últimas protestas, los policías han proferido insultos en contra de los manifestantes “para tener motivos para detenerlos”, dice Pineda.

Además, indica Roberto Orozco, la Policía da la apariencia de que está recibiendo órdenes para no detener las acciones de los grupos oficialistas en contra de los opositores. “Es como si el Gobierno le tiene las manos amarradas a la Policía”, expresa Orozco, quien agrega que la situación ha llegado al extremo de que se puede imputar a jefes policiales porque cometen delitos de omisión al no actuar de manera imparcial.

“La Policía está obligada a proteger la vida de todos los nicaragüenses, sin distingo de ningún tipo”, afirma Orozco.

Mauro Ampié, del Cenidh, recordó que la Policía ha llegado a “criminalizar la protesta”, que es un derecho de todos los nicaragüenses, ya que se ha acusado ante los tribunales penales a personas que han estado haciendo uso de ese derecho y mencionó los casos del italiano Alberto Boschi y Omar Lola, este último activista del Movimiento Vamos con Eduardo.

Ampié también señaló como una situación muy grave que en El Chipote se torture a las personas detenidas por protestar, como fue el caso del joven Miguel Ibarra López, quien denunció, entre otras barbaries, que le rociaron los pies con un ácido en dichas celdas policiales.

LAS FUERZAS DEL FSLN


Cada vez que la oposición anuncia una marcha de protesta contra el Gobierno, el FSLN anuncia una contramarcha, la mayoría de las veces anunciada por Gustavo Porras, el exdirigente de Fetsalud y ahora diputado.

En esas contramarchas y en las agresiones a los grupos opositores se puede ver a personajes como Pedro Orozco, dirigente de la Juventud Sandinista, liderando a las turbas sandinistas.

Pedro Orozco, de pantalón camuflado, está señalado como uno de los
dirigentes de las turbas sandinistas. Dirigió la Juventud Sandinista en el
Distrito Cuatro de Managua y se le ha visto en casi todas las agresiones
de las turbas a los opositores.
“Pedro Orozco ya estuvo detenido a inicios de la década del 2000, durante las protestas de transportistas y de estudiantes”, indica Jaime Chavarría, activista del PLC que resultó herido en las protestas por el fraude electoral del 2008. Pero ahora Pedro Orozco ya no hace protestas contra el Gobierno, sino que es un instrumento para reprimirlas.

En 2009, Pedro Orozco brindó una entrevista a El 19, diario del FSLN, en el que señaló que “las calles son del pueblo”, cuando la oposición y la sociedad civil estuvieron realizando marchas que fueron reprimidas por turbas sandinistas.

“Hay muchos Pedro Orozco en el Frente”, dice el especialista en temas de seguridad, Roberto Orozco, refiriéndose a que hay diferentes líderes que el sandinismo utiliza para dirigir las represiones en contra de manifestantes contra el Gobierno.

Un miembro de la Juventud Sandinista, que pide el anonimato, indicó que antes todas las consideradas turbas eran dirigidas por un sector del sandinismo allegado a Lenín Cerna. Pero ahora la situación ha cambiado porque excluido Cerna, han emergido otros líderes ligados con Rosario Murillo, como Fidel Moreno, quien es el “mandamás” en la Alcaldía de Managua, de donde son los camiones que transportan a las turbas.

En el Cenidh se ha identificado que las fuerzas de choque del oficialismo son diversas, ya que por ejemplo los trabajadores del Estado son utilizados para hacer bulto, mientras que otros sectores tienen misiones de agresión.

“Hay una coordinación interinstitucional perfecta”, dice el director ejecutivo del Cenidh, Mauro Ampié.

“La preocupación por estas fuerzas de choque o paramilitares es enorme, debido a que son un grave riesgo para los derechos humanos de los nicaragüenses”, indicó Ampié, quien agrega que la situación se agrava si la Policía también está siendo usada para reprimir, disfrazando a sus agentes como civiles. Los especialistas concluyen que la misión principal de estos grupos paramilitares es infundir el terror para que no haya protestas contra el Gobierno.

“LO ÚNICO QUE QUEDA ES DENUNCIAR”


Para el experto en temas de seguridad, Roberto Orozco, lo único que queda, ante las represiones del Gobierno contra quienes protestan por sus desmanes, es denunciar y elevar el grito a la comunidad internacional. “Nada más”, dice.

Para Mauro Ampié, director ejecutivo del Cenidh, la denuncia nacional e internacional es de importancia alta y además hay organismos que están pendientes de lo que ocurre en el país, como Amnistía Internacional.

Ampié enfatizó que, cuando la Policía se parcializa y toma posiciones partidarias, no está actuando de acuerdo con lo que la ley manda y está anulando las barreras de protección que tiene la población en contra de los abusos policiales.

Además, indica Ampié, también se deteriora la imagen del país. Por ejemplo, la agresión que sufrieron los adultos mayores “le dio la vuelta al mundo”, algo que no era necesario que ocurriera.

A nivel interno, el Gobierno sigue perdiendo la simpatía de la población, ya que en las redes sociales se evidenció el descontento de la población en contra de las agresiones a los adultos mayores.

Según los directivos del Cenidh, la actuación correcta de la Policía debería ser la de proteger a todos los ciudadanos nicaragüenses y evitar caer en parcializaciones partidarias.



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