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miércoles, 29 de mayo de 2013

Sandinistas Olvidados | Hasta cuando vamos a despertar mi querida Nicaragua

Los combatientes históricos del FSLN no lucharon por riquezas. Dicen que Ortega defiende a “medias” los valores por los que lucharon


Como sandinista hice algo bueno por la patria. En aquel
momento no andaba pensando que iba a tener un puesto
 o dinero, la idea era luchar y derrotar a la dictadura,
eso es lo que me enorgullece en la vida”.

Alejandro Mora Rivera, combatiente histórico y precursor del FSLN.
Es el año 1963 y un hombre fornido de gran estatura sale con su brazo en alto junto a una hilera de hombres torturados. De frente le observa Auxiliadora Molina Montalván una menuda mujer que llegó hasta el sitio del juicio gracias a su gran astucia. Ella ese día lo encuentra atractivo y desde entonces le acompañaría como su pareja por los próximos 49 años.

El que llevaba el brazo en alto era Alejandro Mora Rivera, quien al igual que Molina eran parte de la Juventud Patriótica, los precursores del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Mora fue juzgado por haber sido parte del asalto al Banco de América el 30 de mayo de 1963, hace cincuenta años.

Ese asalto fue parte de los hechos importantes de la lucha contra la dictadura y según cuenta don Alejandro era con el objetivo de conseguir recursos para traer a Carlos Fonseca Amador y a Tomás Borge y otros quienes se encontraban en Honduras “sin un solo centavo”.

El primer plan era robarle a un fuerte comerciante de repollos de Managua conocido como “Payo el repollero”, pero este era vecino de Mora, por lo que este se negó. La otra opción era asaltar el Cine Salazar donde presentaban la película Los Diez Mandamientos, pero ahí se encontró con unos amigos y no pudo hacer el operativo.

Ante los inconvenientes, uno de los dirigentes de la Juventud Patriótica, Jorge Salazar les dijo que la única opción era asaltar un banco. Entonces decidieron asaltar el Banco de América (Bamer) para lo cual robaron un auto en la zona que hoy se conoce como Loma de Tiscapa.

Llegaron al banco con sus ametralladoras y pusieron “manos arriba” a los presentes. Mora se trasladó hacia la caja fuerte donde debían llevar el botín. Según relata don Alejandro, se acercó rápidamente y cual es su sorpresa al conocer que solo habían unas bolsitas y entre ellas solo una tenía dinero. “Imaginate que entre todos reunimos 85 mil córdobas, en un banco que es un banco”.

Luego partieron, hacia una zona de seguridad, entregaron el dinero y las armas y se separaron con la promesa de no verse entre ellos por los próximos 15 días. Pero justo a las dos semanas, uno de ellos fue capturado y tras ser torturado por tres días indicó el sitio de otro. El último en ser capturado precisamente era Mora quien días después la guardia somocista lo interceptó cerca de la Aviación donde hoy es la estación policial conocida como Ajax Delgado. Ahí, previo a su captura, se agarró a golpes con Gonzalo Lacayo, conocido torturador de la dictadura, según Mora.

Cuando ya Mora había vencido a Lacayo se da cuenta que está rodeado y decide entregarse. Entonces quienes participaron en el Asalto al Bamer, fueron fuertemente torturados hasta orinar su sangre. “ Sólo yo no oriné sangre, pero fue muy duro”, indica Mora quien salió con su puño en alto ante la corte civil que lo juzgaría.

La otra historia de los combatientes históricos


“ERA LEGULEYA”

Doña Auxiliadora Molina junto a su compañero de vida
Alejandro Mora viven en tranquilidad en un barrio pobre de Managua.
Afuera, estaba la joven Auxiliadora Molina de 18 años que aguantaba los gases lacrimógenos que lanzaba la guardia a los estudiantes que en las afueras del juzgado respaldaban a los guerrilleros.

Molina era una mujer muy hábil y conocedora de los juzgados y popular entre los abogados a quienes les ayudaba a conseguir clientes. “Era leguleya, así le decían a uno”, dice Molina.

Ella, activista de la Juventud Patriótica se encargaba de repartir volantes y la enviaban al norte del país. Además ayudaba para que su pareja saliera de la cárcel y cualquiera de los que caían presos.

Don Alejandro Mora al quedar en libertad fue enviado a Guatemala a entrenamiento militar en las montañas y a su regreso venían a eliminar a Lacayo, su torturador. Finalmente no participó del hecho, pero cayó preso por otros seis meses, y ahí estuvo Auxiliadora Molina respaldándole como compañera de lucha y de vida.

NO BUSCARON RIQUEZAS

Este 30 de mayo se conmemora el asalto al Bamer en el que además de Mora participaron el comandante Jacinto Baca, Jorge Navarro, César Augusto Tercero, Edmundo Narváez, entre otros. Aunque a ellos —el FSLN no les reconoce como fundadores— fueron quienes ayudaron a Borge y a Fonseca con aquella acción.

Mora considera que toda su vida ha valido la pena pues ayudó a terminar con la dictadura y a que el país sea mejor que antes. Aunque lamenta el cambio de perspectiva de sus compañeros. Mora agregó que los valores revolucionarios que defendían hoy quizá a “medias” los defiende el inconstitucional presidente Daniel Ortega porque no mantienen un sistema de libertad como muchos quieren. Señala que quienes lucharon en la insurrección no buscaban riquezas ni comodidades sino un país mejor.

Actualmente Mora ni siquiera es beneficiado con una pensión del seguro social. Es parte de los ancianos que luchan por la pensión reducida que niega el gobierno, pues su cotización llegó a 580 semanas. Actualmente recibe un bono de dos mil córdobas para mientras se hace efectiva las reforma a la Seguridad Social.

A su lado, doña Auxiliadora Molina asegura que ese dinero no es ni la mínima parte que se merece un personaje como Mora y muchos de los que lucharon. Otros que están aún vivos como Sergio García y Guillermo Mejía.

Mora y otros históricos guerrilleros se reunían con Ortega a finales de año en la década de los ochenta incluso, aunque muy pocas veces hasta antes de asumir nuevamente el poder en el 2006. La última vez le mandaron una raquítica canasta básica, hace más de siete años. “A ellos solo los he visto en la televisión o en los periódicos”, dijo Mora.

Para Auxiliadora Molina el problema es que ahora Ortega no gobierna sino la primera dama Rosario Murillo. Además indicó que se han perdido los valores revolucionarios porque los principios que promulgaba Carlos Fonseca eran el de reducción de la pobreza, que no existiera dictadura y que la gente se sintiera libre.

“Los políticos verdaderos del FSLN no opinaban por dinero era porque hubiera libertad de prensa, que no hubiera persecución de los políticos, no buscaban dinero para ellos. Basta decir que cuando este hizo el asalto al banco no lo hicieron para comérselo, fue para comprar armas y ayudar a los que estaban en Honduras”, recordó Molina.

Ella lamenta que los verdaderos fundadores del FSLN no son tomados en cuenta y no se explica por qué el partido sandinista afirma que el único fundador vivo era Tomás Borge Martínez.

Molina no siente el más mínimo temor de hacer una crítica a la familia Ortega Murillo, según ella, no tiene nada que perder y a su edad toda su vida ha trabajado para ganarse la vida dignamente.

Doña Auxiliadora Molina ha sido comerciante y ahora es costurera. Don Alejandro Mora ha sido zapatero y muchos otros trabajos que le salieron en la vida. Tras 49 años juntos lucen felices aunque nunca se casaron porque ella dice que no es para el matrimonio, y sigue al pie de la letra un consejo que le dieron siendo joven. “Es mejor un buen querido que un mal marido”.


GOBIERNO NO OFRECE TRABAJO

Doña Auxiliadora Molina Montalván es una de las antiguas luchadoras de la Juventud Patriótica, luego FSLN. Junto a su compañero de vida, el combatiente histórico don Alejandro José Mora Rivera, viven en el barrio Pedro Joaquín Chamorro.

Él recomienda que los jóvenes deben seguir luchando por conseguir un mejor país y que primero se eduquen que ello les “abrirá sus mentes”. 

Doña Auxiliadora recomienda que luchen por algo que valga la pena y que garantice bienestar y trabajo para las familias. Ella reconoce que ha pasado dificultades, pero que toda su vida se ha ganado el pan honradamente. Lamenta que, aunque la gente se prepara, no hay empleos y a muchos de los jóvenes con título universitario se los encuentra como dependientes en el Mercado Oriental. Ella cuestiona el desarrollo que pregona el gobierno. “¿Dónde está ese adelanto?, ¿de qué sirve que Ortega le regale una casa o veinte láminas de zinc a gente sin oficio que lo que hacen es venderlo? Lo que debería es darles trabajo y no estar regalando nada”, señala.

domingo, 5 de mayo de 2013

LA EDUCACION POLÍTICA | SU PAPEL EN LA ROBUSTEZ DEL SISTEMA POLÍTICO

 La Democracia es un problema de "Cultura" | Un problema de educacion Politica 

 

La existencia social del hombre, solo puede conservarse a través del perfeccionamiento continuo de su conciencia social, en ello la educación juega un papel fundamental, de la eficacia con que se desarrolle, depende el logro de un sujeto reflexivo, comprometido con su entorno social y cultural.

Al transmitir los rasgos fundamentales de la cultura, todo proyecto educativo, es también un acto político. La educación de todas las sociedades, responde al sistema político imperante, así como a los intereses de la clase social que detenta el poder político. La política educacional de un país, es por tanto derivación de la política de la clase que ostenta el poder, esa política responde a los intereses de la clase obrera y trabajadores en general.

La cultura política, resulta un subsistema de la cultura en general, en el desarrollo de la cultura política un lugar importante lo ocupa la socialización política. La educación política resulta un componente esencial de la socialización política, es incompleta la socialización política sin el proceso dirigido por la escuela que en el cumplimiento de un encargo social transmite a los individuos de manera orientada y planificada, conocimientos e información, construye, refuerza y desarrolla valores, orienta valoraciones y criterios, divulga concepciones y teorías políticas, con el fin de identificar al sujeto con el sistema ayudándolo a desarrollar una cultura política que le permita participar de manera activa y creadora en la vida política de la sociedad.

La escuela, como institución socializadora, existe para conservar al sistema político en ella la educación política se desarrolla de otro modo, que integra y complementa lo anterior a través de prácticas organizadas en un sistema, con normas y agentes especializados y un sistema de control y de evaluación. Los objetivos aparecen explícitamente definidos, así como los medios que a ellas se destinan. A través de la educación política la escuela fortalece el predominio de la cultura política dominante, devaluando la cultura política de grupos y clases que se oponen a los intereses de la clase que detenta el poder.
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